Si el mundo sigue quemando combustibles fósiles al ritmo actual, las temperaturas globales se elevarán a niveles peligrosos, según advierten los expertos. Capturar las emisiones de CO2 antes de que lleguen a la atmósfera y almacenarlas bajo tierra podría reducir los riesgos, pero la captura y el almacenamiento avanza con lentitud. El eurodiputado liberal británico Chris Davies nos explica la situación en vísperas del debate y la votación del pleno de la Eurocámara este lunes y martes.
Pero el desplome del precio del CO2 ha destruido este modelo y eliminado los motivos para que las empresas privadas inviertan en captura y almacenamiento.
Entonces, ¿por qué no debería la Unión Europea abandonar sin más la captura de CO2?
Si la Unión Europea pretende cumplir sus aspiraciones climáticas con el coste más reducido posible, la captura y almacenamiento de CO2 desempeñará un papel crucial.
Puede permitir la operación continuada de centrales que generan electricidad mediante combustibles fósiles, y es la única manera de abordar las emisiones de CO2 de las grandes plantas industriales en sectores como, por ejemplo, la siderurgia, la química y las cementeras.
Los Estados de la UE deben preparar estrategias a largo plazo para reducir el CO2. Si la captura y almacenamiento de CO2 desempeña un papel en estas estrategias, necesitará de un apoyo financiero de la misma magnitud del que en la actualidad se concede a las energías renovables. Y, en muchos casos, se verá que es mucho más barato.